viernes, 23 de enero de 2015

V CENTENARIO DEL NACIMIENTO DE SANTA TERESA DE JESÚS

Son los primeros deberes del año que nos ponen en Esta Noche Te Cuento, aparte de la emocionante Copa ENTC. Se trata de escribir un relato de 200 palabras que incluya uno de los siguientes versos de la santa literata:
¡Ay, qué larga es esta vida!
 ¡Qué duros estos destierros,
 esta cárcel, estos hierros
 en que el alma está metida!
Sólo esperar la salida
me causa dolor tan fiero,
que muero porque no muero.
 
CINCO AÑOS Y UN DÍA
Respondí al alumno y desconecté inmediatamente la señal holográfica que me personificaba en el aula. Tenía prisa por vestirme con la ropa de ciudadano, que sentí áspera y holgada. Recogí el cepillo de dientes y los digigramas, aprobados por el Consejo Censor, que había redactado en mis noches en vela. Luego me senté en el catre a esperar.
 
¡Qué duros estos destierros! Me salió cara la traslación a código UNI de la constitución aún me duele la prohibición de escribir esta palabra en mayúscula. Sabía que las fuentes de descodificación estaban restringidas para los humanos de nivel base y los grandes simios, pero fue la denuncia de un miserable lo que me llevó a esta cárcel, estos hierros. Una alerta luminosa presagió la apertura de la compuerta del calabozo, situado en el sótano del Rectorado. Entregué los sensores de reeducación al funcionario y corrí por los pasillos rodantes hasta el campus, donde sabía que me esperaba la primavera. Dos bocanadas de aire fresco me bastaron antes de regresar a impartir mi siguiente clase, esta vez con tiza y encerado. Haciendo un guiño a los jóvenes rostros que me contemplaban expectantes, no pude por menos que recurrir al clásico “Decíamos ayer…”.
Foto de Jose Javier Martín Espartosa
 

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