domingo, 28 de diciembre de 2014

Cuando el diablo no tiene nada que hacer...

Os dejo este relato, que fue publicado en el libro solidario Bocados Sabrosos 3 de la ACEN (Aociación Cultural de Escritores Noveles).


INSPIRACIÓN
Al diablo le gusta ir al Prado a contemplar el Jardín de las Delicias como un alumno aplicado. Pide que sólo le dejen abierta el ala derecha del tríptico y se conforma con la mitad del panel central; tanta lujuria impone incluso al Príncipe de las Tinieblas y no quiere ver a su eterno enemigo ni en pintura. Cuando vuelve a los infiernos, se pasa a saludar a Pedro Botero y se complace en la simplicidad efectiva del Siglo de Oro. Finalmente, asciende al trono y se postra ante su señor y creador, el Hombre, para completar el diseño del continente africano.


Foto de A. González-Alba

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